sábado, 18 de diciembre de 2010

Un dia en la oscuridad

Aquí estoy de nuevo. Pensé que tardaría más en lanzarme a la siguiente entrada, y más aun, pensaba hablar de otro tema totalmente a diferente. Pero ese otro tema lo dejaré para otra ocasión, ya que como siempre las ideas vienen y van, y no me gustaría perder de vista a esta

Esto surgió a raíz de una conversación, precisamente hablando de mi primera entrada en el blog. Una persona me preguntó sobre lo oscuro de mi blog, precisamente porque esta puede suponer peligro, ya que a veces resulta incluso contagiosa. Explicándolo de forma simple, diré que yo ya no considero la oscuridad como algo malo o negativo, sino como un referente de fuerza, al menos en mi caso. He pasado por muchas experiencias difíciles, y no solo eso, sino que también he soportado alguna vez el peso del dolor de otras personas a mi alrededor, tanto voluntaria como involuntariamente. Y puedo afirmar que cada uno de esos casos me han hecho más fuerte, que me han hecho crecer poco a poco hasta llegar a lo que hoy se. No voy a afirmar que sea todo lo maduro que podría llegar a ser, ni mucho menos ya que hay muchas cosas que aun escapan a mi comprensión, pero si que puedo decir que al menos en cuestión de experiencia se más que muchas otras personas que veo cada día a mi alrededor. Tampoco diré en ningún momento que soy mejor o peor que nadie, puesto que cada cual tiene su propio camino y parte de esa experiencia que tengo me ha enseñado una de las lecciones más valiosas que grabé a fuego en mi código vital: “Respeta a cualquiera hasta que demuestre que no lo merece”

Volviendo al tema, no voy a mentiros: no voy a fingir que mi vida es una historia fascinante. A veces no me comporto mejor que un crío descarriado, atrapado en algo de lo que en ese momento creo que no puedo salir. Se lo difícil que es levantar la cabeza mientras tienes un pie apretado contra tu cuello, y es precisamente la oscuridad la que me enseñó que no es un lugar agradable, que cuando te atrapa tienes que aprender y crecer deprisa, que “la debilidad no es una opción”. A veces sin quererlo acabo comportándome de un modo impulsivo, totalmente visceral; es la parte de mi a la que, tal vez como excusa, acabé bautizando como Saiko. Él es una representación del lado más oscuro que existe en mí. Todo lo que yo no haría, ya sea por cobardía, vergüenza, o simplemente porque podría estar mal visto, Saiko es capaz de hacerlo y además multiplicarlo tantas veces como sea necesario, o tantas veces como él quiera. Si tuviera que tratarlo como un ser ajeno a mi, diría que nos conocimos hará cosa de año y medio, y reconozco que fue una gran liberación el tener la capacidad de ser yo mismo con algo más de libertad y sin pensar tanto en las consecuencias. Se que no es precisamente mi mejor faceta, pero quien se atreva a afirmar que nunca ha querido hacer algo así, se que estará mintiendo de la manera más descarada que existe

Por otro lado, todo necesita un equilibrio para seguir funcionando, y en este caso la existencia de un ser visceral e impulsivo acabo propiciando precisamente la aparición de su total antítesis: un ser de hielo y no total, sino excesivamente racional. A esta parte de mi la llamé Khraz, al que hoy día puse como apodo personal doctor K. ¿El por qué de esto? Simple. Su aparición se debió precisamente a un golpe demasiado excesivo en mi vida, algo que después de mucho tiempo y experiencia no fui capaz de soportar, y ese exceso acabó derivando en que voluntariamente me “congelase” tratando de no sentir nada, con las ventajas de no sufrir dolor sí, pero sin darme cuenta de las consecuencias, y es que todo eso que había evitado acabó embistiéndome tiempo después con todo lo que se había acumulado. Con el tiempo aprendí a usar este “poder” a mi favor, tratando de evitar excesos, pero no es lo que se dice un camino de rosas contener algo así

Hoy soy alguien mayor, alguien mucho más fuerte, y no por enfrentarme a la oscuridad que supuestamente debería temer. En mi vida he conocido a mucha gente, y la mayoría opina precisamente lo que se supone que hay que pensar, que la oscuridad es algo a temer y evitar. Pero yo soy diferente, y me gusta ser diferente a la mayoría. Se perfectamente lo difícil que es levantar la cabeza, salir del agujero en que caes (o en el que algunos más bien se entierran) cuando pasas por algo realmente difícil. Con esto no pretendo daros pena, ni ganarme vuestra compasión, ni mucho menos; solo quiero decir a tantas personas que lo han tenido y lo tienen difícil que es posible levantarse y seguir corriendo, cada cual a su manera, pero siempre sin rendirse

¿Yo? Ya lo he dicho, soy alguien extraño, y quizá por eso admiro la oscuridad como lo hago. La oscuridad es mi referente de fuerza, y me encanta caminar por el filo de la navaja que separa lo bueno y lo malo, o más bien lo que en este mundo se considera bueno y malo. Son muchas las ocasiones en las que he querido salir, pero ahora las cosas han cambiado, y me gusta caminar de cuando en cuando entre las sombras que me han acompañado durante gran parte de mi vida, algo que suelo reflejar en muchas ocasiones en mis relatos. No quiero decir con esto que me pase la vida auto compadeciéndome; eso es, por suerte, otro capitulo ya pasado de mi vida. Probablemente me arriesgue en exceso, pero conozco las consecuencias que puede traer lo que hago, y lo acepto voluntariamente…porque la oscuridad me ayudó a crecer una vez, y me gusta en lo que me ha convertido. ¿Estoy loco? Probablemente, no voy a decir que sea precisamente la persona más normal del mundo. Pero me siento afortunado, porque todos sabemos que tenemos un lado oscuro…

…la diferencia es que pocos lo acabamos poniendo de nuestra parte

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